¡Hola a todos y todas!
Gracias a algunas experiencias, vivencias y aportes… Hoy compartiremos y conoceremos a 3 personas valientes que se ofrecieron a ser parte de las brigadas comunales en los incendios forestales en el país.
Comenzamos dándoles una breve introducción a este tema de gran importancia.
En Bolivia las condiciones climáticas actuales han despertado el temor de que se repita la devastación causada por los incendios forestales del 2019 y 2020. En esta gestión nuevamente la población se alarma a causa de los incendios en la región del Valle de Tucabaca.
En lo que va del mes de julio, se han quemado más de 10 mil hectáreas de bosques en la Chiquitanía. Uno de ellos se registró en el Área Natural de Manejo Integrado San Matías, donde el fuego acabó con más de 9000 hectáreas de esta área protegida según la Gobernación de Santa Cruz.
El otro incendio ocurrió en el municipio Carmen Rivero Tórrez. El fuego fue controlado el viernes 16 de julio luego de tres días de iniciado el siniestro, durante los cuales fueron arrasadas unas 1900 hectáreas.
No han sido los únicos incendios en lo que va del año. En el mes de mayo el fuego arrasó con un poco más de 2000 hectáreas en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis.
La reciente decisión de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) de ampliar el periodo de quemas controladas de desmonte y quema de pastizales hasta el 31 julio; el creciente número de invasiones o asentamientos de personas ajenas al área que preocupan a los habitantes de la Amazonía del Beni y de la Chiquitanía, principalmente, a los pueblos indígenas, y los recientes monitoreos satelitales que indican el incremento de los focos de calor.
Por parte de 3 voluntarios, hoy nos comparten estas experiencias…
Juan José Ramírez
“Lo hacemos de corazón, por defender la flora y fauna, por conservar el medio ambiente. Fue un dolor grande ver que se quemaba nuestro bosque, nuestro patrimonio, nuestro pulmón”. Para Juan José, ver el fuego y la destrucción que causaba fue suficiente y decidió actuar, convirtiéndose en voluntario para el incendio forestal.
Nos cuenta que para responder a un incendio, el tiempo es clave porque municipios como Roboré, San José o San Ignacio que se encuentran a más de 4 horas de la capital del departamento, Santa Cruz de la Sierra, lo cual demora el tiempo de respuesta de las brigadas de bomberos forestales para controlar un incendio o que la tardanza en la respuesta complique las condiciones, Es por ello que se crearon brigadas comunales, que son el primer elemento de respuesta y defensa, cada una de ellas está conformada por 3 cuadrillas de 6 miembros."
Carlos Eduardo Trigo
“Desde 2018, a través del proyecto ECCOS, venimos fortaleciendo estas actividades, este enfoque de manejo comunitario del fuego, esta construcción de un modelo de gestión de incendios forestales basado en la participación de las comunidades, descentralizando capacidades de primera respuesta en el componente de combate para la atención oportuna de incendios forestales”.
Carlos nos menciona que él vive en la ciudad de Santa Cruz y es amante de la naturaleza, por lo que sin dudar se presentó y trabajó hombro a hombro desde primera línea a los incendios forestales , llegó a sentir junto a otras personas la impotencia de no poder sofocar el fuego para que no haga más daño, pero por otro lado lo invadió la alegría y emoción al extinguir las llamas.
Son vivencias que se comparten en campamento, son experiencias enriquecedoras que permiten entender posibles soluciones ante las problemáticas que se dan repetidamente con los incendios, aseguró.
La formación a las cuadrillas se da mediante una instrucción teórica, para luego poner en práctica el uso de herramientas y técnicas para hacer frente al fuego. Durante las actividades, se instruye sobre los elementos que componen un incendio, seguridad, estrategias y uso de herramientas, luego pasa de la teoría a la práctica, con acciones en campo para poner a prueba las capacidades.
Victor Ticona Rodriguez
“El año pasado lo hacía empíricamente, ahora, con los conocimientos técnicos ya sé cómo se debe actuar, qué forma tiene el fuego para empezar a manejarlo y poder controlarlo”. Comenta que sabe muy bien lo difícil que es enfrentar un incendio forestal, él junto con otros comunarios, fueron bomberos voluntarios el 2019 y combatieron el fuego en el área protegida Tucabaca con los materiales que tenían a mano, como ser: galones de agua, ramas y tierra.
Con los cursos de formación y las herramientas brindadas, actualmente es jefe de una cuadrilla, y asegura que el ser bombero forestal responde a una cadena de beneficios, ya que cada acción, beneficia a otros en su comunidad como en el resto de la población.
Mencionó que el Bosque Chiquitano está terriblemente amenazado, no solamente por el tema de los incendios y el descontrol que hay por parte de las autoridades en emitir los permisos de quema y controlar realmente que se cumpla la ley, además hay otros sucesos como la sequía, la helada, la falta de agua, que suman y hacen que todo el bosque sea frágil y ocurra cualquier momento otra catástrofe.
La Caja de Viajes siente una gran admiración por nuestros invitados y por todas las personas que colaboraron en los incendios forestales de Bolivia.
Lo que más une a estas personas, es la sinergia humana que se produce en las capacitaciones como el conocimiento e interacción de estos bomberos bolivianos nos servirá a todos, para ampliar técnicas como la seguridad durante la operación de extinción de todos los incendios, comportamientos extremos del fuego y como visualizarlos, el riesgo de las quemas controladas hasta el uso de motobombas en trabajos forestales.
Esperamos que les haya gustado mucho estas experiencias compartidas y no olvidemos que esos momentos marcan un antes y un después.
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